Validación – Cómo encauzar mejor las rabietas
por Verena del Valle
Validación – Cómo encauzar mejor las rabietas
por Verena del Valle
Los niños pasan por fases distintas, fases importantes para su desarrollo motor, cognitivo y socio-afectivo. La «fase del NO» suele comenzar al rededor de los dos años. Es durante esta fase donde el niño toma consciencia sobre su existencia y su influencia en los otros. Es cuando empieza a mostrarnos lo que quiere y desea claramente. Hasta entonces aceptaba (groso modo) todo lo que se le decía y hacia, pero ahora empieza a buscar esa autonomía tan necesaria para el desarrollo.
«A menudo los adultos olvidamos lo difícil que es para un niño de corta edad conciliar lo que quiere y las reglas de convivencia.»
Al mismo tiempo, descubre otra realidad: no siempre llueve a su gusto y hay algo, poco evidente, a aprender: las reglas. A menudo los adultos olvidamos lo difícil que es para un niño de corta edad conciliar lo que quiere y las reglas de convivencia. Si un niño que ve un trozo de chocolate y se lo quiere comer, le resultará difícil comprender que no se lo puede comer en ese momento, aunque se le diga que quizás más tarde. Ahí es donde entra la importancia del acompañamiento que hacemos los padres de forma, muy a menudo, automática: explicaremos a nuestro hijo que ese trozo de chocolate no lo vamos a comer ahora sino después, a la hora de la merienda. Está en la naturaleza del niño querer el trozo de chocolate ya y ahora, y es el rol del padre/madre decirle que ese chocolate no lo comemos entre horas sino como poste o a la hora de merendar.
Las dos posiciones incompatibles y es ahí donde en ocasiones la cosa se complica y aparecen las rabietas (que son completamente normales, aunque en ocasiones deriven en súper rabietas). Por qué os explico todo esto? Básicamente por que quiero llegar a dos puntos muy importantes: la validación y el encuadre.
2. La validación y el encuadre
La validación es el hecho de confirmar lo que el niño esta sintiendo en ese momento, su necesidad (en el ejemplo: comer el chocolate en ese mismo instante).
El encuadre es la explicación que vendría del adulto del porqué en ese momento comer el chocolate no es posible.
En muchas ocasiones, sobretodo cuando el cansancio empieza a notarse, tendemos a ir directamente a decir el porqué no se puede comer el chocolate (fase de encuadre), saltándonos la fase de validación y es ahí donde LA CRISIS en mayúsculas comienza. El niño, no sintiendo que el adulto le entiende, entra en su modo piloto automático: «yo quiero ese chocolate, yo quiero ese chocolate, yo quiero ese chocolate.» y no hay manera de hacerle entrar en razón… y va subiendo el tono de la voz…
He empezado hablando de los niños pequeños, pero seguro que también lo habéis visto en los más grandecitos… 😉 Ya podemos ir diciendo todo lo que nosotros queramos que no nos escucha y el niño cada vez se muestra más tenaz. Y es ahí, donde muchos padres acaban cediendo a lo que el niño pide y se acaba por perenizar la dinámica de «insisto, lloro, grito y al final acabo consiguiendo lo que quiero».
«Para conectar con el niño primero tenemos que poder validar sus necesidades físicas y emocionales.»
3. Validación y encuadre en relación al niño y el hospital.
Para conectar con el niño tenemos que poder validar sus necesidades físicas y emocionales. Lo conseguiremos a través de conocer su realidad, una muy buena manera de conocer cuales son sus necesidades es a través del juego. A través del juego, podemos mas fácilmente conectar con el niño/a, nos adentramos en su mundo y así podemos detectar mejor sus necesidades y su centro de interés. Una vez conectamos con el niño, podemos más fácilmente explicarle (utilizando por ejemplo una maleta de doctor y unos muñecos), por ejemplo, el porqué algunos niños tienen que ir al hospital para una operación… Será la forma de poder transmitir las informaciones sensibles de forma que el niño/a las reciba en las condiciones mas óptimas: un niño que se siente comprendido estará más abierto a escuchar, sobre todo si además recibe informaciones adaptadas a su realidad (edad cognitiva, preferencia de aprendizaje información con apoyo visual, auditivo…). Una vez validadas sus necesidades y preocupaciones, el encuadre nos permitirá, transmitir de forma clara pero empática, lo que vendrían a ser «las reglas del juego»/ «las reglas del evento médico». Conseguiremos el encuadre con mensajes como «tu trabajo será… el trabajo de mamá será…el trabajo de la enfermera será…» (Saber más sobre «Tu trabajo»). Es importante no olvidar centrarse en lo que será a priori la vivencia del niño (Los cinco sentidos)