1. Explicar solo lo que el niño/a va a vivir.
Incluya todos los detalles, pero no mencione nada de lo que el niño no verá, oirá, sentirá, olerá o sabrá. Por ejemplo, si el niño está recibiendo anestesia general con mascarilla y se le colocará un catéter (veinflon) una vez que ya esté durmiendo, no tiene sentido hablarle al niño sobre el pinchazo. Los niños y niñas pequeños no pueden distinguir entre lo que va a suceder y lo que van (o no van) a sentir.
Recomiendo encarecidamente usar un muñeco neutral (uno al que el niño no esté apegado) para mostrar a los niños más pequeños lo que van a vivir el día de la operación.
2. Comunicar claramente cuál es «su trabajo»
Es importante que el niño/a sepa cuáles son las tareas que debe hacer. Por ejemplo, en caso de que vaya a ser anestesiado con una mascarilla, su trabajo será «respirar profundamente». Esto elimina parte de la presión que siente, ya que el niño puede estar pensando en muchas otras responsabilidades que puede tener, como permanecer dormido durante la cirugía. En este caso, hacer que se quede dormido durante la cirugía es el trabajo de la anestesia, ¡no el suyo!
3. Seguir la regla de los 5 sentidos
Explique al niño lo que sentirá el día de la cirugía, teniendo en cuenta los 5 sentidos. Usar la regla de los 5 sentidos será suficiente para los niños, incluso los adolescentes. Por ejemplo, en la sala de operaciones suele hacer frío. La anestesia suele oler a menta o chocolate (se suele administrar con mascarilla para niños de hasta 12 años). Conoce más sobre el protocolo de la cirugía en esta cápsula:
¿Cómo será el día de la cirugía? Paso a paso.
Si el niño necesita saber más, nos lo preguntará.