En esta primera cápsula de información hablaremos de la anestesia y las intervenciones quirúrgicas. En esta primera cápsula, el Dr. Frederic Ródenas y la Dra. Anabel Jiménez nos resuelven algunas dudas antes de que nuestro hijo/a se someta a una operación, especialmente cuando ésta requiere anestesia.

En primer lugar, para poder hacer frente a una operación, hay que ir bien preparado físicamente: como siempre, el o la paciente ha de llevar una vida saludable, hacer actividad física, descansar bien y comer variado y equilibrado. Es importante fomentar la confianza del niño/a en el equipo médico que realizará la operación, es importante respetar las decisiones que tomen y dejarse llevar, pues ese encuentra en buenas manos. Es muy importante para el paciente que reciba la información necesaria sobre los procedimientos que se llevarán a cabo; combatiendo de este modo los nervios con conocimiento.Lo más habitual es que el/la paciente sea citado/a en el hospital únicamente unos minutos antes de la operación en el hospital. Solamente en el caso en que el paciente necesitase una preparación previa, se podría ingresar hasta 24h antes.

El quirófano es la sala en la que se realizará la intervención quirúrgica y donde trabajan conjuntamente cirujanos, anestesiólogos, enfermería de quirófano y auxiliares. El procedimiento de anestesia suele ser siempre el mismo: se duerme al niño al entrar en quirófano, se le realiza la operación, y se despierta en el mismo quirófano una vez ésta ha terminado para después ir a otra zona de recuperación. En el caso de los niños/as, es primordial tratar el dolor postoperatorio. Para eso, se aplican técnicas intraoperatorias en las zonas a operar para que, en el momento en que el niño despierte, no tenga ningún tipo de molestia en esa zona y tolere la situación solamente con la analgesia via oral pactada. De este modo se consigue reducir el dolor y el paciente puede volver a su domicilio lo antes posible (Las sensaciones de los niños/as al salir de la operación pueden variar según el tipo de cirugía).

El estado anímico del paciente no puede afectar al proceso de la anestesia en sí, pero sí afectará todo el proceso perioperatorio. Es totalmente normal que un niño/a se sienta nervioso/a antes de una operación, por esta razón es importante preparar bien al niño/a para que entienda lo que significa operarse y se empodere. Que el paciente se sienta más seguro/a, se acostumbra a traducir en una menor sensación de dolor, una menor necesidad de administrar fármacos durante el posoperatorio, y en general una mejor gestión emocional de la operación.

Una buena preparación antes de la operación hará menos probable que el paciente sufra ansiedad preoperatoria, que suele relacionarse con regresiones en la conducta en los meses posteriores a la operación, por ejemplo: dificultad a la hora de dormir y/o comer, enuresis nocturna (niños/as que se vuelven a hacer pipí en la cama) o no querer separarse de los padres.

Puntos clave

• No hay que mentir a los niños: hay que informarlos adecuadamente y hacerles saber que ellos son los protagonistas de todo el proceso.
• Es normal que los padres estéis nerviosos por la operación del niño, pero hay que confiar en el equipo de profesionales que va a realizar la operación.
• Los niños deberían de vivir la visita al hospital como un juego, una experiencia en la que conocerán a gente nueva y se verán en una situación diferente, pero de la cual no se llevarán ningún mal recuerdo.